Actos aleatorios de bondad: el arte de la sorpresa y el deleite

Random Acts of Kindness: The Art of Surprise and Delight

¿Alguna vez te ha tocado un aleatorio acto de bondad ¿de alguien? ¿Cómo te hizo sentir que alguien hiciera algo por ti espontáneamente y con la bondad de su corazón? Lo que se siente aún mejor es ser la persona que está detrás del acto de bondad al azar. No se puede negar, hacer algo amable por otra persona se siente bien. ¡realmente bueno!

Hubo un año como maestra de preescolar en el que mi equipo y yo decidimos que queríamos centrarnos en la bondad como nunca antes lo habíamos hecho. Decidimos que queríamos crear una cultura en la que los actos aleatorios de bondad se convirtieran en algo habitual en nuestro salón de clases. Comenzamos modelando cómo sería esto para los niños con maestros sorprendiéndose y deleitándose unos a otros. Uno de nosotros llegaría a trabajar con café para la otra persona o encontraríamos alguna manera de alegrar un poco el día del otro. Luego ampliamos esto realizando actos aleatorios de bondad para nuestros estudiantes y la alegría tangible comenzó a extenderse por el aula, ¡rápido!

Entonces sucedió algo sorprendente.

Los niños (sin que se les pidiera ayuda) comenzaron a compartir actos de bondad al azar entre ellos y con sus maestros. Un grupo de niños limpiaba la esquina del bloque antes de la hora de limpiar y sin que se lo pidieran. Luego llevaban a un maestro al área limpia con sonrisas gigantes en sus rostros y decían: "¡sorpresa y deleite!"

Estos eventos siempre mejorarían el estado de ánimo de todos y crearían un espacio donde todos los involucrados se sintieran bien al dar y recibir.

“SORPRESA Y DELEITE!” se convirtió en el himno de nuestra clase en esa temporada navideña.

Todavía me hace sonreír.

Conforme pasó el tiempo en ese año escolar, amabilidad extendido fuera de nuestro salón de clases. Sorprenderíamos y deleitaríamos colectivamente a otras aulas haciéndoles regalos y escribiéndoles cartas amables. Los visitantes de nuestro salón de clases o cualquier persona que haya trabajado en la escuela y que esté de paso pueden recibir una nota, una calcomanía, un dibujo, una sonrisa o un cumplido. Los niños comenzaron a contar cómo sorprendían y deleitaban a sus familiares en casa. Los resultados de nuestro proyecto de bondad demostraron que los buenos sentimientos que surgen al dar y recibir son contagiosos. Todos nos estábamos divirtiendo mucho planeando gestos amables para cualquiera que pudiéramos ver. Si preguntas a la mayoría de los niños sobre esos días, todos recuerdan la felicidad que sintieron. La bondad comienza a difundirse cuando nos tomamos el tiempo para pensar en los demás y tratarlos con cariño.

¿Cómo puedes traer más alegría a tu vida? Piensa en cómo puedes sorprender y deleitar a alguien hoy. ¿Cuál es una forma especial en la que podrías hacer algo que hiciera que la gente se sintiera no sólo bien sino también vista?


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